El Karma no existe

La vida es un aprendizaje constante en el que en ocasiones se nos presentan tesituras difíciles que debemos afrontar. Bien sea por la falta de argumentos, por ser testarudamente retorcidos o por simple maldad, hay personas que optan por la confrontación y otros, los menos, quienes dan un paso atrás confiando en que el karma haga su trabajo. Pero yo soy de los que piensan que el karma no existe.

Normalmente son pocos los conflictos, tanto sociales, culturales o laborales, que acaban en un acuerdo amistoso. De hecho, no suele ser muy común que cuando se dé una disparidad entre dos personas y se consiga llegar a un acuerdo, este sea satisfactorio para ambas partes.

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¿Qué es el Karma?

Dice la Wikipedia, en un tono un tanto severo, que: «el karma  es una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se genera a partir de los actos de las personas». Esto habría que debatirlo, sin duda. Porque lo de que sea invisible genera bastante desconfianza. Sobre todo para aquellos que llevamos un tiempo esperando que surta efecto.

En mi opinión, y siendo consciente de que esto le resta bastante valor al asunto, el karma es lo que piensas sobre alguien cuando deseas que todas las fuerzas del mal se alineen para que hagan la justicia que tú consideras necesaria. También podría decirse que es ese rato de gozo y disfrute cuando dichas fuerzas han cumplido con su trabajo y el resultado es el esperado.

El karma no existe y estas son las razones

Se genera un conflicto entre dos creyentes en el karma. Si esta energía invisible cumple con su trabajo el empate sigue siendo técnico. ¡Pum! Desmontado el argumento. Es más, dependiendo de la disputa o la gravedad de los hechos, habrá gente que piense que cualquier castigo para el oponente es poco, muy poco.

Y así suele ser muy a menudo. Porque lo que realmente hace su juego es un elemento que fue descubierto hace mucho tiempo, la envidia. Es así, hay que asumirlo. Si alguien que te ha dañado tiene éxito, será la envidia la que salga a flote y no el karma. Si por el contrario le sucediese algo malo, es probable que aparezca la indiferencia o el desprecio porque no te ha parecido suficiente.

El karma es una figura que nos consuela y a quien le confiamos nuestra suerte en ciertos aspectos, para que el daño que nos han producido sea menos doloroso en el interior de nuestro ser.

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Si el karma no existe. ¿Qué es lo que queda?

La paciencia, amigos. La infinita paciencia. Y las frases que nos han ido dejando nuestros mayores, el mayor pozo de sabiduría que hemos heredado y del que nunca debemos desprendernos. Son los refranes y las frases hechas las que se han ido conformando a base de un ingrediente muy necesario, la experiencia.

Algunas de estas frases hay que verlas con las gafas del estudio, que nada tienen que ver con las actuales, donde todo lo llevamos a lo literal. Por eso se dice que «cuando venga el burro se le darán los palos» o «siéntate y verás pasar el cadáver de tu enemigo».

El Karma no existe, pero la felicidad sí

Pero, por encima de todo, no dejéis que sea el karma o cualquier otra cosa sea quién trabaje en beneficio de vuestra felicidad. No permitáis nunca que la avaricia, los celos, el desencanto, o cualquier otro motivo, provoque vuestra peor reacción o desate el instinto animal que todos llevamos dentro.

Sonreídle a la envidia y gritadle bien fuerte que sois felices sin su presencia y que no hay nada que supere la energía de la gente que nos quiere. Hay que valorar mucho más el amor que poseemos por quién nos aprecia que malgastar nuestras fuerzas tratando de soportar la ignorancia y el desprecio de aquellos que nos quieren ofender.

Dejad que el tiempo ponga a todo el mundo en su sitio. ¿Un momento? ¿eso es karma?

Sed felices 😉



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